José Augusto Azpúrua G. La caída del dólar
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Con el acuerdo de Bretton Woods, en 1944 se crearon el Banco Mundial, que antes se llamó el Banco Internacional
para la Reconstrucción y el Desarrollo, y el Fondo Monetario Internacional. Estas instituciones tenían como objeto mantener
una cierta estabilidad monetaria, basada en el oro o dólares (de Julio de 1944: 1/35 de onza de oro), y por ende, una paridad
fija entre las monedas de los diversos países, las cuales tendrían que representar un cierto peso constante en oro a fin de
que se mantuviera constante su valor. Obviamente, ninguno de los bancos centrales de los países involucrados fue capaz de actuar honestamente y mantener
relativamente constante la cantidad de billetes que emitían, a fin de mantener esa paridad fija; y en los años 80 el valor
del oro se disparó, al no ser las monedas libremente convertibles en el metal, indicando una absoluta carencia de confianza
en los billetes emitidos por los diversos bancos centrales o de reserva de los diversos países. Debido a que se acabaron las relaciones fijas de valor entre las diversas monedas de los países integrantes
del acuerdo de Bretton Woods, tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario deberían haber desaparecido, por cuanto ya había
quedado demostrado que no servían para cumplir con los cometidos establecidos en los artículos de sus estatutos. Pero... gran
PERO, con enormes mayúsculas, a los políticos gobernantes de los Estados Unidos, habiendo desplazado al oro con su dólar,
y tal hecho les confería un enorme poder político, les seguía conviniendo su existencia, y a los políticos de los otros países,
también les convenía conseguir créditos en el dinero ahora universal, el dólar americano. El Euro () ha sido un invento muy útil de la Unión Europea. Constituye la creación de una nueva moneda, que
viene a cumplir un objetivo bien conveniente para los gobernantes europeos. Hasta hace relativamente poco, los diversos habitantes
de esa comunidad, en países diferentes, empleaban dólares para efectuar sus transacciones internacionales. Para tener dólares
había que haber provisto de bienes y servicios a la gente de los Estados Unidos, país donde se "imprimen" los dólares; luego,
para tener una moneda de un valor relativamente estable, tenían que cambiar bienes reales y servicios por papel impreso, que
es lo que son los billetes de banco de no tener la facultad de poder ser cambiados por un bien real de valor relativamente
estable a una tasa constante. Al poder disponer ahora de una moneda propia, ya no tendrán que estar enviando bienes reales a los Estados Unidos
para recibir a cambio papel impreso, ya que el papel impreso de ellos mismos les sirve a los fines de su comercio local. Esto
implica que los dólares que tenían los europeos que ya no van a tener la misma utilidad en Europa, van a ser repatriados a
los Estados Unidos, donde entrarán en la puja por bienes y servicios, haciendo que los precios nominales suban; es decir,
causando cierta inflación de precios. Y, simultáneamente, disminuyendo su valor frente al Euro. La pregunta que se hace de rigor es: ¿hasta dónde va a subir el Euro, o, mejor planteado, bajar el dólar? Es
obvio que al bajar el dólar, las deudas que muchos gobiernos europeos tienen, denominadas en dólares, se han estado haciendo
de menor valor, y que siempre van a necesitar cierta cantidad de dólares para hacerle frente. Luego es de suponer que mientras
exista deuda de largo plazo denominada en dólares la caída del dólar va a ser menor. La realidad es que la época de la hegemonía del dólar como el dinero mundial ya pasó. Se están formando tres
bloques económico-monetarios, como lo relatara George Orwell en su profética novela "1984": la del Dólar, la del Yen, y la
del Euro. Y los respectivos gobiernos de tales zonas, cada día que pasa van adquiriendo mayor poder sobre sus poblaciones;
con lo cual nada de raro tiene que se haga realidad el horrible futuro que en la novela se describe. La ignorancia de la población en general, con respecto a lo que confiere valor a la moneda, es tan abismal que
sería extremadamente raro que las masas llegaran a adquirir los conocimientos necesarios para evitar el perverso despojo que
pueden llevar a cabo los políticos en el poder, en contra de sus propias ciudadanías. La época en la que los ciudadanos americanos se beneficiaban considerablemente del hecho de haber logrado convertir
al dólar en el dinero internacional por excelencia, por cuanto cambiaban papel impreso por bienes reales y servicios, está
llegando a su fin. Y si bien no se está acabando de un solo golpe, lo que sí es verdad es que ahora el pueblo norteamericano
tendrá que trabajar más y conformarse con menos. Y los dólares, al ir perdiendo valor ante los ojos del mundo, causarán una
serie de aumentos de precios como nunca se pensó que llegaran a producirse en los Estados Unidos. |
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